lunes, 9 de diciembre de 2013

Nebulosa del velo

Lituénigo: Agosto 2013

Una noche estupenda en el campo de observación de Lituénigo en compañía de Manolo, Edu y José Manuel. Dediqué la noche a la nebulosa del velo.

Después de varios meses, por fin he sacado tiempo para procesar la "nebulosa del velo". Con más tiempo de exposición hubiera sido posible mostrar más detalles, pero...


La nebulosa del velo es un remanente de supernova que tuvo su origen hace unos 8000 años. Esta nítida vista telescópica está centrada en su región occidental y también es conocida formalmente como la "nebulosa escoba de la bruja". Los filamentos brillantes están separados en hidrógeno atómico (rojo) y el oxígeno (azul-verde). La estrella brillante es 52 Cygni, visible a simple vista.


jueves, 5 de diciembre de 2013

CONSTRUCCIÓN DE UN RELOJ DE SOL

Esta mañana lo hemos pasado en grande construyendo un reloj de sol ecuatorial. Luego hemos tenido que probarlo, y eso ha sido otra cosa.

Básicamente, un Reloj de Sol es un instrumento de medida del tiempo fundamentado tanto en los movimientos terrestres de rotación y traslación alrededor del Sol, y como no, la propiedad de iluminar de nuestra propia estrella.

Desde los tiempos más antiguos, el sol ha sido considerado el símbolo de la vida, y siempre ha tenido una posición importante entre las divinidades de cada época. Muchísimos con los cultos (algunos de los cuales siguen sobreviviendo) dedicados a este astro, símbolo de fuerza positiva y energía.

Muy pronto ha aparecido evidente la relación entre el movimiento del sol, de la luna y luego de las estrellas.
Con lo cual nacieron las primeras interpretaciones geométricas del tiempo a través de la construcción de estructuras megalíticas direccionadas (Menhir o complejos como Stoneage).

Un reloj de Sol, no importa de qué tipo, consta de dos partes: un estilete, que proyecta la sombra, y un limbo, donde están marcadas las líneas horarias.Hay relojes de muchos tipos: horizontales, verticales, ecuatoriales...

Reloj Ecuatorial La idea de su funcionamiento es bastante simple: si se coloca un estilete paralelo al eje terrestre y un plano perpendicular al mismo, la sombra proyectada avanza a la misma velocidad que el Sol, es decir, 15º cada hora.

lunes, 2 de diciembre de 2013

A LA CAZA DE MICROMETEORITOS


Esta mañana lo hemos pasado de primera. Hemos salido a la caza de micrometeoritos con la ayuda de un pequeño imán y luego hemos podido observarlos gracias a una lente. Ha sido maravilloso. Sabías que….

Miles de pequeños meteoritos caen a diario sobre la tierra. Normalmente se queman antes de llegar al suelo, formando las llamadas estrellas fugaces. Los restos que caen al suelo se pueden recoger en cualquier parte, separarlos con un imán y verlos con un microscopio. Su forma redondeada y con estrías delata su origen.

Cuando un meteorito cae sobre la tierra, a decenas de miles de kilómetros por hora, normalmente se volatiliza antes de llegar al suelo, por rozamiento con la atmósfera. Ese fenómeno suele ser visible por la noche, y se llama “estrella fugaz”. Después de quemarse, las cenizas van cayendo lentamente sobre el suelo. La tierra incrementa su masa varias toneladas al día por este procedimiento.

Esas partículas se depositan en tejados, carreteras, etc. Cuando llueve, el agua las arrastra, por lo que un buen sitio para recoger micrometeoritos es en las canaletas de desagüe de los tejados y en las cunetas de las carreteras, una vez que están secas.

La mayor parte de esos meteoritos tienen una composición rocosa, pero otros están formados de hierro y níquel, y pueden ser separados del resto de partículas del terreno con un imán, y ser observadas con un microscopio.

Esos meteoritos proceden directamente de la materia que dio origen al sistema solar. Tienen una edad por tanto de unos 4.500 millones de años.

Fotografiar trazos de estrellas

Con las cámaras reflex digitales es relativamente sencillo obtener astrofotografías de trazos de estrellas. Este tipo de astrofotografía destaca incluso porque puede realizarse desde ciudad, aunque con algunas limitaciones.

La contaminación lumínica es la principal barrera a superar, ¿por qué?. Para obtener buenos trazos de estrellas, largos y llamativos es necesario realizar exposiciones de unos 20 o 30 minutos aproximadamente (suponiendo que utilicemos objetivos angulares). El problema es que la contaminación lumínica acabará por arruinar cualquiera de estas exposiciones tan largas y lo único que obtendremos será una fotografía totalmente naranja en el mejor de los casos y blanca en los peores.

Para solucionar este problema, lo que haremos será realizar muchas tomas más cortas. Por ejemplo de 30 segundos cada una, pero sin descanso, hasta completar el tiempo total de exposición que queramos. Una hora de exposición puede suponer una interesante composición. Después con algún software, unimos las fotografías y los trazos de las estrellas se unirán mágicamente para totalizar preciosas estelas de estrellas que giran en torno a la Polar.

¿Qué software podemos utilizar?

Descarga el programa
No podemos apilar las imágenes del modo clásico, tal y como hacemos en las tomas de cielo profundo. Debemos sumar los trazos estelares individuales y promediar el fondo del cielo para que no se sature. ¿Tarea difícil? No tanto si usamos el software adecuado para la tarea.

Existen varias alternativas, pero tres bastante importantes: Pixinsight, Photoshop o StarTrails.

Photoshop es un programa que nos puede ayudar bastante si apilamos las imágenes por capas en el modo “lighten”, aunque creo que es bastante engorroso y no es precisamente lo más adecuado.  Además si tenemos que combinar 100 o 200 imágenes no es tarea agradable.

Pixinsight nos puede servir si utilizamos la utilidad Pixelmath y usamos la función Max con todas las imágenes. ¿Qué problema tiene esto? El ruido resultante en la imagen final puede ser bastante alto, y pese a que el programa cuenta con algoritmos potentísimos para la reducción de ruido de nuestras imágenes, creo que no es el método más idóneo (si conocéis otro, podéis ponerlo en los comentarios).

StarTrails es un programa que nos facilita enormemente la tarea de apilar las imágenes de trazos estelares. Una pega, sólo trabaja con ficheros JPG, deberemos olvidarnos de los RAW de la cámara.

¿Qué parámetros selecciono en la cámara?

Dependerá de la calidad de nuestro cielo. Habitualmente suelo trabajar con ISO200, de 18 a 24 mm de distancia focal (depende del campo que queramos abarcar) y el objetivo con el diafragma entre f7 y f9.

Haz un par de pruebas antes de empezar la sesión y haz los ajustes necesarios si ves que el fondo de cielo eclipsa demasiado a las estrellas.

Consejos:

Procura que el trípode sea bastante firme y que aguante perfectamente el peso de objetivo y cámara. Activa el bloqueo de espejo para evitar trepidaciones.

Si tienes un objetivo zoom, procura no utilizar las focales extremas ya que suelen dar peor calidad. Incluye en la composición algún elemento terrestre, ayuda a dar fuerza a la imagen y a situarla en un contexto, las imágenes de lucecitas dando vueltas ellas solitas no tienen mucho salero. Algún edificio singular, árboles, tu terraza, tú mismo… Paciencia: puede que las primeras que hagas no queden demasiado bien.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cohetes propulsados por agua

¿CÓMO ES?

En su forma básica, el cohete no es más que un recipiente, en la mayoría de los casos una botella de plástico que será la que contenga el aire que propulsará el cohete.

Para obtener la presión, se colocará un corcho que hace de válvula. Además, se complementa con alerones y cono de fricción.

MANOS A LA OBRA

Primero has de conseguir una botella de plástico, de refrescos. Debes también buscar un tapón de corcho que adapte en la boca de la botella, ni muy suelto ni demasiado grande.

Para los alerones usaremos madera de balsa, cartón piedra o similar. Y para el cono de fricción nos bastará con acoplar la parte superior de otra botella (a modo de embudo). En las uniones de los alerones, se utilizará pegamento que no ataque al plástico.

Del mismo modo en que los técnicos aeroespaciales antes de realizar el lanzamiento de sus cohetes construyen un anclaje para el lanzador, nosotros deberemos empezar nuestra experiencia montando algún soporte para el nuestro. El objetivo del mismo es simplemente poder colocar la botella con el cuello para abajo sin tocar el suelo, y para ello bastará, por ejemplo, una tabla inclinada con dos listoncillos sobre los que colocarla.

A VOLAR

Antes de situar nuestro cohete en su rampa, llenamos la botella con agua hasta un tercio aproximadamente. Perforaremos el corcho para situar la válvula antes de tapar con él la boca de nuestro cohete casero.
A continuación ya podremos colocar la botella con el cuello hacia abajo y conectar a la válvula la bomba de hinchar después de asegurarnos de que no sale líquido por el tapón. Introducimos el aire y se deberá apreciar cómo ascienden las burbujas.

El cohete despegará en el momento en que alcance la presión necesaria para hacer saltar el tapón. Para un descenso sin problemas, se puede colocar en la parte superior un cono que se desprenda durante el descenso para abrirse un paracaídas.

¿POR QUÉ ASCIENDE EL COHETE?

Es probable que al realizar nuestro primer lanzamiento lo primero que pensemos es ¿Cómo ha podido la botella salir disparada así? La respuesta la encontramos no en uno, sino en dos fenómenos físicos.

Para empezar, nuestra válvula nos ha permitido ir acumulando aire dentro de la botella. Aumentando así la cantidad de aire en el interior de la botella, hemos hecho que la presión interna del cohete aumentara progresivamente. El tapón, finalmente, no ha podido soportar el empuje del aire del interior y ha salido disparado permitiendo que el agua saliera del mismo modo que los gases de un reactor. Es necesario diseñar unas buenas aletas para conseguir una ascensión lo más vertical posible.

Es importante, entonces, que haya agua, o podríamos prescindir de ella? Pensemos un instante (y por supuesto, quien quiera puede realizar la prueba) en qué sucedería si únicamente tuviéramos aire en el “depósito” de nuestro cohete. Cuando, después de hinchar al máximo la botella, el tapón se desprendiera, el aire saldría rápidamente de la botella sin ningún tipo de impedimento. Esto, sin embargo, sucedería demasiado rápidamente para que el cohete pudiera alcanzar apenas unos centímetros de altura, así que al poner el agua, y al salir ésta únicamente a borbotones, el proceso se alarga más en el tiempo.

De nada serviría este proceso, no obstante, de no ser por otro que lo complementa para hacer posible el lanzamiento. Para entenderlo, cómo no, recurramos de nuevo a la imaginación, y situémonos en la superficie de un lago helado. ¿Qué podríamos hacer para deslizarnos por la resbaladiza capa de hielo? No nos quedaría más remedio que encontrar algún tipo de soporte y empujarlo en una dirección para empezar a movernos justamente en la contraria.

En el caso de nuestro cohete es justamente este fenómeno el que se utiliza para ganar altura. El aire, que se situará en la parte superior de la botella, cuando tenga la presión suficiente como para descorcharla, empujará el agua hacia abajo a toda velocidad. Como reacción, el aire se ve despedido hacia arriba y arrastra en su vuelo la envoltura de plástico que simboliza nuestro intento de asaltar el espacio.

De no haber puesto agua en la botella, como se comprenderá, el aire no tendría qué empujar y el despegue no podría tener lugar.


¿Conviene, entonces, llenar la botella al máximo? Decididamente no. Hay que llegar a un compromiso entre la cantidad de agua y el espacio que destinamos a la acumulación del aire. De haber demasiado de la primera la cantidad de aire sería insuficiente para empujar el agua, y de ser la situación la inversa, el agua se agotaría demasiado rápido para permitirnos disfrutar de un vuelo decente.

Nebulosa Trífida - M20

El 16 de julio de 2010 aproveché el buen cielo para montar el equipo y dedicar la noche a la Nebulosa Trífida (M20). He de decir que pase algo de miedo: solo en el monte y hasta las tres de la madrugada.

Pude oir toda clase de sonidos cerca de mi y la imaginación se encargaba de montar la película. Sobre las dos de la madrugada se acercaron unos amigos hasta el lugar. La primera intención fue tirarme encima de ellos y abrazarlos, pero me hice el duro.

Bueno, esta es la imagen de esa "especial noche" en el campo de observación de Lituénigo.

La Nebulosa Trífida, también conocida como M20 y NGC 6514, está situada en Sagitario. Fue descubierta por Guillaume Le Gentil en el año 1750. El nombre de la nebulosa significa "dividido en tres lóbulos", y es que lo que la caracteriza es que esté formada por tres lóbulos separados por oscuras líneas de polvo. La nebulosa Trífida, que es una nebulosa tanto de emisión como de reflexión, tiene una magnitud 5. Se encuentra a una distancia de entre 2.000 y 6.000 años luz. Su edad estimada es de 300.000 años, lo que la convierte en la zona de formación estelar más joven que se conoce.

Es una de las grandes nebulosas gaseosas que hay en Sagitario; se encuentra cerca de la nebulosa Laguna. En el centro de la nebulosa Trífida se puede ver una estrella de magnitud 6, denominada HN40. En realidad, no es una sola estrella, sino que es un completo sistema séxtuple que es observable con telescopios ya algo grandes, la complejidad del sistema no es apreciable con telescopios de poco tamaño. El astro principal de este sistema es una supergigante de alta luminosidad.

En la fotografía se pueden apreciar dos colores claramente diferenciados: azul claro y rojo. El primero se debe a la reflexión en el polvo estelar al norte de la nebulosa. El segundo es causado por la ionización del hidrógeno a cargo de la radiación ultravioleta que proviene de HN40.




CÁMARA                        Canon 400D Modificada
MONTURA                      EQ6 SynScan v3.24
GUIADO                         ORION StarShoot Autoguía
TIEMPO EXPOSICIÓN    9 tomas de 10 minutos a ISO 400 y 2 de 20 minutos
FILTROS                       UHC
FECHA                         16 de julio de 2010
LUGAR                          Lituénigo
TEMPERATURA            21 grados
SOFTWARE                  PHDguiding, DeepSkyStacker, Pixinsight y Photoshop


Cúmulo de Hércules - M13

Después de varios meses sin poder montar los telescopios, pude realizar esta toma en compañía de José Manuel.

Al principio todo fueron problemas: La cámara de autoguiado no funcionaba, un cable desaparecido,... Por suerte todo se fue solucionando y sobre las 00:30 horas nos pusimos a trabajar.

En la parte superior derecha de la imagen, puede verse algo de la galaxia NGC 6207, y debajo de ella y un poco hacia la izquierda también se puede apreciar la galaxia IC 4617.

En las estrellas en las que se aprecia la araña del telescopio, se puede ver en uno de sus extremos como una estrella estirada. Después de examinar las imágenes RAW de las tomas, esa marca sólo aparece en una de ellas. Con toda seguridad se trata de un bicho parecido a las luciérnagas que estaban a centenares, y que se posó sin permiso en el lugar menos indicado.

Visto a una distancia de 25.100 años-luz, su diámetro angular de 20 minutos corresponde a un diámetro de 145 años-luz

Está formado por aproximadamente 100.000 estrellas. Timothy Ferris llega a afirmar en su libro Galaxies que tiene “más de un millón”.

En el centro del cúmulo las estrellas están unas 500 veces más concentradas que en las cercanías del Sistema Solar. Sandage ha determinado que la edad de M13 es de 24.000 millones de años, mientras que Arp la estimó en 1960 en 17.000 millones de años. Éste último modificó en 1962 su estimación, dejándola en 14.000 millones de años (tomado de Kenneth Glyn Jones).

El cúmulo globular M13 fue elegido en 1974 como objetivo para uno de los primeros mensajes de radio destinados a posibles civilizaciones extraterrestres, que fueron enviados desde el gran radio telescopio del Observatorio de Arecibo.


CÁMARA                       Canon 400D Modificada
MONTURA                     EQ6 SynScan v3.25
GUIADO                        ORION StarShoot Autoguía
TIEMPO EXPOSICIÓN    7 tomas de 10 minutos a ISO 400
FILTROS              
FECHA                          9 de julio de 2010
LUGAR                          Campo de observación en Lituénigo
TEMPERATURA             20 grados
SOFTWARE                  PHDguiding, DeepSkyStacker, Pixinsight y photoshop

Las Pléyades

El 11 de diciembre de 2009, me escapé a Lituénigo con mi compañero José Manuel, del grupo E.A.S. (Estudios Astronómicos Salduie) para montar los telescopios y disfrutar de la noche y su cielo estrellado.
Durante el viaje nos acompañó la niebla hasta la localidad de Borja, pero...... en Lituénigo, cielo despejado y una noche de primera. Pasamos frío, pero disfrutamos como críos.

Las Pléyades (que significa "palomas" en griego), también conocidas como Objeto Messier 45, Messier 45, M45, Las Siete Hermanas o Cabrillas; es un objeto visible a simple vista en el cielo nocturno con un prominente lugar en la mitología antigua, situado a un costado de la constelación Tauro.

Las Pléyades son un grupo de estrellas muy jóvenes las cuales se sitúan a una distancia aproximada de 450 años luz de la Tierra y están contenidas en un espacio de treinta años luz. Se formaron hace apenas unos 100 millones de años aproximadamente, durante la era Mesozoica en la Tierra, a partir del colapso de una nube de gas interestelar. Las estrellas más grandes y brillantes del cúmulo son de color blanco-azulado y cerca de cinco veces más grandes que el Sol.

Las nebulosas de las Pléyades son de color azulado, lo que indica que son nebulosas de reflexión, reflejando la luz de las brillantes estrellas que se encuentran cerca o dentro de ellas.

Según Kenneth Glyn Jones, las referencias más antiguas conocidas de este cúmulo son mencionadas por Homero en su Ilíada (hacia el 750 a.C.) y en su Odisea (hacia el 720 a.C.), y por Hesíodo hacia el 700 a.C.; según Burnham, fueron observadas en conexión con las estaciones agrícolas de esa época. También en la Biblia se encuentran tres referencias de las Pléyades.


CÁMARA                       Canon 400D Modificada
MONTURA                     EQ6 SynScan v3.24
GUIADO                        ORION StarShoot Autoguía
TIEMPO EXPOSICIÓN    9 tomas de 14 minutos a ISO 400
FILTROS                       UHC
FECHA                         11 de diciembre de 2009
LUGAR                          Lituénigo
TEMPERATURA            5 grados
SOFTWARE                  PHDguiding, DeepSkyStacker, Pixinsight y Photoshop

Nebulosa Cabeza de Caballo

La noche comenzó fatal, José Manuel se presentó con un catarro de campeonato y dudamos un rato si era conveniente montar el equipo. Pero... el cielo estaba para comérselo y sin decir nada comenzamos a montar todo. Pronto nos dimos cuenta de que nos faltaba el cable de alimentación de la Canon 400D, suerte que la pila estaba algo cargada y esto nos permitió dedicar cincuenta minutos a IC434 en lugar de dos horas, tal y como teníamos previsto.

Ante esta situación, decidimos tirar las tomas a ISO800 en lugar de 400. Pronto nos apareció otro problema, el ordenador se colgaba y la cámara de autoguiado de desconectaba a su capricho. Total, a las 23:00 horas comenzábamos a trabajar. Este es el resultado de esa noche fría y entretenida.

La nebulosa Cabeza de Caballo o Barnard 33 (B33), es una nube de gas fría y oscura, situada a unos 1500 años-luz de la Tierra al sur del extremo izquierdo del Cinturón de Orión y forma parte del Complejo de Nubes Moleculares de Orión. Mide aproximadamente 3.5 años-luz de ancho. Esta nebulosa es visible debido a que la nube de polvo oscuro se encuentra situada delante de la nebulosa de emisión IC 434 y absorbe la luz de las estrellas distantes y por su forma es la más familiar de las nebulosas de absorción.

El color rojizo de la nebulosa de emisión se origina por la recombinación de los electrones con los protones de los átomos de hidrógeno.

A la izquierda de la fotografía también puede verse la nebulosa de la llama (flame nebula), catalogada como NGC2024.

NGC2023, en la parte inferior de IC434, es una nebulosa de reflexión, de ahí su característico color azulado.

Esta forma inusual de Cabeza de Caballo fue descubierta por primera vez en una placa fotográfica a fines del siglo XIX por Williamina Fleming, en el Observatorio del Harvard College.




CÁMARA:                          Canon 400D Modificada
MONTURA:                        EQ6 SynScan v3.24

GUIADO:                           ORION StarShoot Autoguía
TIEMPO EXPOSICIÓN:       6 tomas de 10 minutos cada una a ISO800
FILTROS:                           UHC
FECHA:                             5 de febrero de 2011
LUGAR:                             Campo de observación en Lituénigo
TEMPERATURA:                4 grados
SOFTWARE:                      PHDguiding, DeepSkyStacker, Pixinsight LE y Photoshop

CONSTRUCCIÓN DE UN PLANISFERIO CELESTE

Uno de los instrumentos que no pueden faltar a la hora de reconocer las estrellas y las constelaciones es el planisferio.

Igual que es impensable aprender geografía sin mapas, tampoco resulta posible aprender a reconocer las estrellas y las constelaciones sin mapas celestes o planisferios.

Por este motivo hemos dedicado la mañana a construir un planisferio celeste con la intención de probarlo durante la noche. Cuando llegó este momento, el cielo se cubrió de nubes y nos quedamos con las ganas.

Pero a los dos días el tiempo nos acompañó y nos desplazamos a las afueras del pueblo. La noche era estrellada y pudimos ver algunas estrellas fugaces.

Durante la noche aprendimos a utilizar el planisferio celeste y a reconocer las principales constelaciones de verano y el famoso triángulo de verano.

COHETES PROPULSADOS POR AGUA

Esta mañana la pasamos estupendamente. Los pequeños y pequeñas se acercaron a las piscinas de la localidad para participar en el taller de cohetes propulsados por agua. Todos vinieron con los materiales necesarios y nos pusimos manos a la obra.

Después de superar alguna pequeña dificultad, todos consiguieron transformar unas simples botellas en unos auténticos cohetes listos para ser propulsados a grandes alturas. Bueno... uno llegó a superar los cuarenta metros.

La mañana era calurosa y muchos aprovecharon para colocarse debajo de la plataforma de lanzamiento y poder refrescarse con el agua que expulsaba el cohete en su subida.